Yo, comienzo.

Cuando era chica tenía una especie de diario íntimo. No se si puede decirle diario ya que no eran mas que cuadernitos forrados con papel rosa. Los usaba casi por obligación, mi psicólogo de ese entonces, decía que no había mejor terapia que escribir en papel mis “malos sentimientos”, que era una forma de sacar todo lo que una lleva adentro, porque sino eso se contamina y busca la forma de salir, a veces muy dramáticamente. Me acuerdo que los ejemplos que me dio de personas superadas por sus sentimientos fueron aterradores, así que eso durante unos cuantos años escribí todo lo que me acontecía en cuadernos rosas. No había pasado mucho tiempo cuando me di cuenta de que había llenado un estante de la biblioteca con “malos sentimientos”. Prácticamente toda mi infancia estaba escrita en esos cuadernos, no tuve una infancia normal, no muy triste, tenia cada tanto sus buenos momentos, pero no fue normal. No podía serlo, porque no tenia (Ni tengo) una familia normal. Nunca conocí a mi madre mas que por fotos y con mi padre es prácticamente la misma historia. Aunque mi padre no haya muerto al darme a luz, siempre fue una imagen borrosa, pero no vale la pena hablar de el en este momento. Crecí prácticamente educada por una niñera, Marta. Marta cumplía todas las funciones que se les puedan ocurrir, me cuidaba, limpiaba la casa, cocinaba, hacia a veces de maestra particular y era la que me ponía los limites cuando me quería trasnochar mirando televisión. Mi infancia junto a Marta era feliz, y rutinaria, nos mudábamos seguido por lo que me era difícil hacer amigos. Constantemente me cambiaba de escuela. Siempre privadas y si era posible de monjas. Debe ser por esta razón que las monjas pasaron a ser moneda corriente de mis cuadernos rosa. Fue entonces un año que nos mudamos de capital al conurbano, a un lugar llamado San Justo. El cambio fue brusco, estaba acostumbrada a la vida en el centro y a los departamentos en los que comúnmente nos instalábamos. Pero en San Justo, no había departamentos, asi que por primera vez viviría en una casa normal. San Justo traería muchas primeras veces, como por ejemplo la primer vez en una escuela publica. No me consiguieron vacante en ninguna de las privadas de la zona, por lo que al pesar de mi padre comencé a asistir a una publica. La numero 89. Fue gracias a ese lugar que deje de escribir en los cuadernos rosa. Tal vez no porque no lo necesitara, sino porque conseguí reemplazantes para las frías hojas de papel. Amigos, si me di cuenta de que era mas efectivo que una persona me escuchara que escribirlo en algo sin vida. Fue así que me hice de mi primer gran amiga, Yanina. Ella fue durante mucho tiempo mi mejor amiga. Gracias a Yanina, que era mucho mas popular que yo en todo sentido, conocí a Eduardo y William. Quienes a su tiempo también serian muy importantes en mi vida. Eduardo si bien era un buen amigo, nunca tuvo una relación muy estrecha conmigo. Todo lo contrario fue con William. Y gracias a el es que empiezo este blog. Porque me mostro que es una buena manera de que las cosas , se aprecien y se mantengan. Spin-Off, seria el termino perfecto para describir a este blog, pero que mas da. Cada uno tiene una visión de las cosas y todos los puntos de vista merecen ser escuchados.
Puede que no sea escritora, que tenga faltas de redacción o que no sepa transmitir lo que siento en letras. Pero después de tanto tiempo quiero volver a escribir, convertir este blog en una especie de cuaderno rosa.
Quiero también contar como fue que yo vi las cosas que vivi, relatadas tan… no se que palabra poner pero tan únicas por mi amigo William. Al quien supongo que si llegaron a este blog la mayoría conoce.
Asi que sin mas por ahora los dejo, pero les prometo volver pronto. Porque tengo una emoción literaria que ni se imaginan.

Asi que hagámonos amigos blogger ;)